miércoles, 27 de febrero de 2008

Sin palabras

Hace diez días hice algo grande en Valencia. Insignificante según con que lo compares.



that I would be good even if I did nothing
that I would be good even if I got the thumbs down
that I would be good if I got and stayed sick
that I would be good even if I gained ten pounds

that I would be fine even if I went bankrupt
that I would be good if I lost my hair and my youth
that I would be great if I was no longer queen
that I would be grand if I was not all knowing

that I would be loved even when I numb myself
that I would be good even when I am overwhelmed
that I would be loved even when I was fuming
that I would be good even if I was clingy

that I would be good even if I lost sanity
that I would be good
whether with or without you

lunes, 25 de febrero de 2008

Paren que me bajo



La lucha ha sido terrible. Encarnizada.

Desde el primer momento he puesto toda la carne en el asador, pero mis enemigos eran más fuertes y más numerosos.

Intentaba en vano demostrar mi histórica supremacía sobre ellos mientras ellos se reían en mi cara. Me zarandeaban. Se mofaban. Me golpeaban una y otra vez.

Hoy no podía con ellos.

Durante casi media hora he luchado con todas mis fuerzas. El esfuerzo ha sido titánico.

He tenido la tentación varias veces de tirar la toalla, de entregar la cuchara. De dejarme vencer por ellos.

Finalmente mis viejos y conocidos enemigos se han retirado. Han estado más cerca que nunca de derrotarme, pero la almohada, el sueño, las sábanas y Morfeo no han podido definitivamente conmigo.

He salido de la cama. Me he levantado.

Les he derrotado.

Al menos momentáneamente. Seguro que mañana lo vuelven a intentar.

El día ha sido horrible. He pasado diez horas de oficina en una especie de semi-coma inducido por el agotamiento, con un estado de ánimo totalmente depresivo....

¿Cómo he llegado a esta lamentable situación?

No sé, quizá tenga algo que ver que en los últimos 10 días:

He pasado por Valencia, Lérida, Huesca, Jaén..... Madrid.
He dormido en 4 hoteles diferentes. Además de en mi casa, por supuesto.
(¿He puesto “dormido”? Ja, ¡¡bonita palabra que a veces apenas llego a utilizar!!)

He salido 3 días consecutivos de copas (jueves, viernes y sábado), incluyendo la macrofiesta de despedida de un amigo que hicimos el sábado y que duró 15 horas (y que daría por si misma para escribir varias entradas de este blog, ¡¡que exageración de fiesta por dios!!!)
Me he metido una pateada el domingo por la Sierra de Madrid de casi 5 horas subiendo y bajando montañas (finalizada con un homenaje espectacular en nuestro restaurante preferido de la zona)
He pasado por Alzira, Monzón, Linares, Cercedilla, Vinaixa, Montblanc, Reús.... Pozuelo de Alarcón, Alcobendas.
Me he cabreado como una mona en el Bernabeu al ver como mi equipo recibía un gol que ni los infantiles en el colegio.
He vuelto, seis meses después, a nadar.
He pasado más de 25 horas al volante tragando kilómetros.
He corrido por Alzira, por Valencia, por Huesca... por el monte del Pilar de Majadahonda.
He trabajado tropecientasmil horas con horarios de mañana, de tarde y de noche
He ido al cine, he ido a casa de mi padre para comer con él, he hecho la compra, he llevado el coche al taller, he arreglado mi estropeado ordenador.....
He corrido un MARATÓN.

No puedo más. Que paren la noria que me bajo.

lunes, 18 de febrero de 2008

Historia de un milagro

No sé muy bien porque pero quería correr un maratón en 2008. Y digo “no sé porque” porque no tenía muy buenos recuerdos de ninguno de mis tres maratones anteriores (Mapoma05, Berlín06 y Mapoma07) . En realidad después de cada uno de ellos me había jurado una y mil veces que ese había sido el último, que el maratón es muy cabrón, que implica mucho sacrificio y muy poca recompensa, que no puedo con esa distancia, que..... pero al final el tiempo pasa, las cosas se olvidan.......

Barcelona fue mi primera opción, pero finalmente, allá por Noviembre, cambié de opinión y me apunté a Valencia. Decían que el recorrido era más asequible y el desplazamiento desde Madrid mucho más cómodo, desde luego.

Decidí que iba a seguir, por primera vez en mi vida, un plan de entrenamiento. Busqué un plan de 12 semanas (lo de seguir un plan durante 16 ó 18 semanas me parecía una pasada). Pillé el plan de Gavela de 3:30 (con el objetivo de hacer sobre 3:45) porque es un plan en el que solo se corren 4 días a la semana y planes de más días sabía que iba a ser casi imposible que los pudiera cumplir.

Empecé el plan el 27 de Noviembre con la motivación solamente a medio gas. Las 4 primeras semanas cumplí más o menos (creo que solo fallé un entrenamiento). Pero en estas que llegó la navidad. Y con ella las comidas y cenas de empresa, las cenas con lo colegas, las comidas familiares..... las copas, los cigarros, las fiestas nocturnas.... y el plan de entrenamiento sufrió una crisis total durante diez días. Inmediatamente después me fui una semana de vacaciones a Budapest. La temperatura constante era de –10ºC durante todo el día, así que bastante hice con salir un par de días a rodar por un parquecillo que había al lado del apartamento donde vivía.

La cosa empezaba a tener mala pinta, pero hice propósito de enmienda. Aún pensaba que quedaba tiempo para retomar un poco el buen sendero. Y en estas que la empresa me manda para Linares porque en Febrero hay que finalizar y poner en servicio el proyecto en el que llevamos trabajando 3 años. Joder, ¿y esas prisas ahora? (seguro que las elecciones generales que se avecinan no tienen nada que ver). Total, que han sido 5 semanas trabajando 12 horas diarias de pie, algunos fines de semana incluidos, comiendo mal y a horas intempestivas, durmiendo poco..... y entrenando poco. Muy poco. Alguna semana me sale un total de 15-20 kms. Y gracias.

Por no hablar de el virus (¿gripe?) que me tuvo 4 días en la cama con una fiebre de caballo y que me dejó hecho polvo unos diez días.

Así que no tuve más remedio que aceptar que lo que no puede ser no puede ser y olvidarme de Valencia. Como tengo dorsal para correr el 6 de Abril el maratón de París decidí retrasar 7 semanas mi objetivo maratoniano e intentar en ese tiempo pillar un mínimo de forma para afrontar con ciertas garantías el maratón de la Ciudad de las Luces.

A Valencia en cualquier caso iba a ir porque tenía pagado el hotel y además iba en compañía de bastante gente (del 4pipas y del foro de carreraspopulares.com). Así que pensé en aprovechar el viaje a Valencia para hacer una tirada larga de cara a París.

La idea inicial era meterme en el km.12 cuando pasara mi amigo Marcos e intentar llegar hasta meta con él, es decir 30 kms a 5:10 min/km (tenía serias dudas de que con lo entrenado últimamente fuera a ser capaz de hacerlo).

El sábado por la tarde, estudiando la logística, descubro que llegar hasta el km.12 iba a ser complicado y que sin embargo en el 31 hay justo una parada de metro, así que sobre la marcha cambio de idea y decido hacer los 30 primeros y no los 30 últimos.

Y con esas me presento esta mañana en la salida del maratón. Sin ninguna presión. Un entrenamiento me esperaba por delante. Una tirada larga.


La carrera

Los primeros kilómetros voy pendiente de Marcos. Hace un día estupendo para correr pero sopla bastante aire, así que intento protegerle del mismo. Vamos clavando los kms entre 5-5:10 min/km. Esta parte de la carrera se hace muy entretenida porque nos vamos cruzando constantemente (en las largas rectas por donde transcurre el maratón) con otros corredores entre los que buscamos caras amigas o conocidas.

Sin ningun desgaste ni sufrimiento pasamos la media en 1:48:40

A estas alturas ya voy sorprendido de lo fresco que voy y de lo fácil que me ha resultado llegar hasta aquí. Marcos, que me conoce bien me dice:

- “¿Qué? ¿La haces entera o qué?”

A lo que yo le contesto:

- “Voy muy entero, pero ni de coña. En el 30 me paro que esto pude ser un infierno para mi”

Pero lo cierto es que en el fondo de mi cabeza la idea de llegar hasta la meta ya había empezado a coger forma. Me había jurado a mi mismo antes de salir que no iba a hacer tonterías, que no estaba preparado para correr 42 kms y que de ninguna manera iba a sufrir como un perro para acabar una carrera como esta sin haberla preparado. Estaba muy mentalizado para abandonar en el 30. Mi objetivo era París, no Valencia.

Pero los kms siguen cayendo y yo me sigo encontrando sorprendentemente fresco. Antes de llegar al 30 la idea de llegar hasta el final es casi ya definitiva. Cuando paso por delante de la parada de metro donde tenía que poner pie a tierra la decisión está tomada.

- “¿Cómo lo voy a dejar ahora si estoy disfrutando, por primera vez, de correr un maratón?”, pienso.

Nos metemos en un grupito donde me siento muy cómodo y los kms siguen cayendo. Cuando me quiero dar cuenta Marcos ya no está en el grupo, se ha quedado descolgado. Pero ahora que he decidido ir hasta la meta tengo que hacer mi carrera.

A partir del 35 me quedo yo también descolgado y solo. Tengo la impresión de que he bajado muchísimo el ritmo, de que voy parado, de que me estoy arrastrando.... pero el cronómetro me sigue marcando todos los kms por debajo de 5:30 min/km, así que la cosa no parece tan grave. Además no paro de adelantar gente, lo que siempre da buen rollo y la sensación de que tu vas jodido pero los demás van peor. Y eso anima.

Al pasar por la pancarta del 40 miro el crono y alucino al darme cuenta de que estoy en condiciones, si aprieto, de bajar de 3:40. La verdad es que no entiendo nada. Estoy alucinado. Muy sorprendido. Esto es una especie de sueño. Me estoy comiendo el maratón con patatas. Sin entrenamiento. Sin tiradas largas. Sin semanas cargadas de kilómetros. Sin series..... Sin haber venido a correr un maratón.

Y sin hacer ninguna de esas cosas que se suponen básicas en la semana del maratón. Sin haber comido un solo espagueti en toda la semana. Sin haber descansado especialmente. Sin haberme hidratado los días previos.

Y en carrera ni siquiera me he metido un gel de esos que he tomado en otras ocasiones y del que todo el mundo tira (yo no había pillado puesto que no lo pensaba correr entero).

"Cuando he salido de la cama esta mañana me he puesto las zapatillas para entrenar y ahora estoy volando camino de la meta de un maratón", voy pensando.

Alucino. No puedo dejar de alucinar.

Aprieto los dientes, me “como” los últimos dos kilómetros por debajo de 5 min/km y entro en meta pletórico, apretando los puños.... eufórico.... en una nube. Paro el crono en 3:38:27 (la organización me da tres segundos menos, 3:38:24). Me tiro al suelo. Y ahí me quedo tirado un buen rato. Estoy feliz. Muy feliz. E increíblemente sorprendido.

Si pienso en lo que entrené para los 3 anteriores y en los resultados que obtuve.... en el infierno de curro que he tenido las últimas 5-6 semanas.... en que la media de kms en este tiempo no creo que haya superado por mucho los 30 semanales... en que he machacado mi marca en más de 17 minutos...

Que alguien me lo explique, ¡¡¡POR FAVOR!!!