domingo, 3 de junio de 2007
Buscando el rumbo
Nervios. Muchos nervios.
No recuerdo haberme sentido nunca antes tan nervioso en los momentos previos a una carrera. Ni siquiera antes de la primera. Tampoco antes de mi primer maratón o de mi primera media.
Y es que lo de ayer no era una carrera. No tenía las zapatillas de correr en los pies, ni una camiseta, ni un dorsal en el pecho, ni un pantalón. Ni siquiera un cronómetro.
Los pies descalzos, un bañador, unas gafas y un gorro amarillo con el número 43 pintado sobre él.
Delante de mi no había un circuito de asfalto dispuesto a ser pisoteado por cientos de corredores. Tampoco de arena. Delante de mi había un lago de color verde intenso. Infinitamente lejos unas grandes boyas naranjas. Detrás, un montón de espectadores impacientes por observar la salida del triatlón por relevos de la Casa de Campo de Madrid.
“¡¡Uff, que angustia!!”
“¡¡Me gustaría estar a un millón de kilómetros de aquí!!”
“¿Voy a ser capaz de ir nadando hasta aquella boya que está a tomar por c....?”
“¿Por qué dije que sí cuando me preguntaron si me quería apuntar a esto?”
“¿Por qué me apunto a una competición de natación si es un deporte que no practico?. He ido a la piscina cuatro veces en los últimos siete meses y unas diez veces más en los últimos quince años!! ¿¿Estoy gilipollas o que?? ¿Qué cojones hago aquí??”
“¿Se estarán riendo de mi todos estos tipos con sus neoprenos y sus cuerpos de nadadores???”
“AAAaaaaaaaaaaaaargggggggggg, tierra trágame!!!”
En los minutos previos todo el mundo había bromeado con las carpas del lago, con que si el agua estaba sucia y fría.... Personalmente no me daban ningún miedo los animales del lago, ni la temperatura del agua ni nada de eso. Solo me preocupaba el ridículo que podía estar a punto de protagonizar.
Josero, a mi lado, también parecía intranquilo.
La sensación de angustia estaba alcanzando su momento cumbre cuando escuché la bocina que daba comienzo a la prueba.
¡¡MEEEEECCCCCC!!!
Vi como los otros 81 nadadores se tiraron al agua como locos. Esperé un par de segundos, respiré hondo y.... ¡¡¡al agua patos!!!
En el primer contacto con el agua ya me di cuenta de que aquello era lo más parecido a lo que puede sentir un ciego nadando. No se veía absolutamente nada. Ni siquiera veía mi propia mano al entrar en el agua 30 cm delante de mi cara. Notaba las patadas y puñetazos que daba-recibía de otros nadadores, pero no les podía ver.
Sentía todavía bastante angustia en la boca del estómago, así que nadé, nadé, nadé...
Habrían pasado 2 ó 3 minutos cuando levanté la cabeza para tratar de orientarme. Observé con pavor que todo el mundo nadaba en pelotón unos 15 metros a mi izquierda. La boya seguía estando en el infinito.
“Me he salido de la línea, ¡¡lamadrequemeparió!!!”
Desde este momento hasta el final tuve que concentrar todos mis esfuerzos en intentar orientarme, algo casi imposible en aguas abiertas para alguien completamente inexperto en estos “saraos” como yo. Fueron muchas las veces que tuve que variar el rumbo completamente por estar siguiendo una trayectoria equivocada. Una de las veces me desvié tanto del camino correcto que casi dejo una boya a la derecha en lugar de la izquierda. No sé las eses que hice. Muchas.
Después de un tiempo que me pareció una eternidad alcancé, por fin, la primera boya. Allí la ensalada de patadas, puñetazos, golpes y cuerpos entremezclados fue de película. Seríamos 4 ó 5 tíos intentando pasar por el mismo sitio.
Después de pasar por la segunda boya volví a sentir de nuevo la angustia de la salida. Tuve la sensación (casi certeza) de que era el último. Pensé en que todos los demás debían de estar ya fuera del agua y que el público, allí fuera, debía de estar sintiendo lástima por aquel tipo que luchaba torpemente con el agua verdosa.
Justo en ese momento sentí como mi brazo golpeaba el cuerpo de otro participante y sentí un enorme alivio. Levanté la cabeza y vi un gorro amarillo a mi lado. “Uff, al menos queda alguien todavía por aquí”. Con los ánimos renovados volví a la carga buscando la tercera y última boya.
Pasé la última boya y seguí nadando, ya viendo delante de mi la rampa azul de salida. Entonces supe que lo iba a conseguir. Supe que no iba a ser necesario la intervención de los buzos para sacarme del agua.
Al salir del agua por la rampa miré atrás y vi que todavía había bastantes gorros amarillos tratando de alcanzar aquel punto. Me alegré por ello.
Me puse a correr como loco y en los cien metros que me separaban del box de las bicis adelanté a cuatro participantes. Me sentía pletórico. “Corriendo no me ganáis, ¿ehh??”
Al llegar a las bicis vi a Alberto que me hacía gestos con los brazos. Corrí hacia él, le puse el chip en el tobillo y le deseé suerte.
Me senté sobre la alfombre azul observando a otros equipos dándose el relevo. Vi a Josero unos metros más allá.
Y entonces floté. ¡¡Como ha molado esto!!
¿Para cuando el próximo desafío en el agua???
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
A mí personalmente he de reconocer que me sorprendiste, quizás porque nada más que decías lo mal que lo ibas a hacer, pero cuando vimos que saliste a 30" del Josero me dí cuente del carrerón que te marcaste.
A mí también me encantó la prueba, tenía una emoción distinta a una prueba sólo de correr, la pena es que yo no pueda hacer un triatlón, porque reconozco que me encantaría.
Fue un placer, como siempre, pasar con vosotros el Sábado en la CdC.
Un abrazo.
Pues sí, la verdad es que fue un GRAN día.
Tú has sido ciclista y corres como un galgo, así que no sé porque no vas a poder hacer un triatlon. :-?
Este Krismi es un mindundis...¿como no vas a poder hacer tú un triatlón?...anda ya, no digas tonterías!...bueno, tengo todo el tiempo del mundo el próximo sábado para convencerte de que lo pruebes.
Es cierto...nada tiene que ver con las carreras...es otro mundo, otras sensaciones y provoca un subidón de adrenalina impresionante.
Ya supe el mismo sábado lo bien que lo habías hecho (mi compi me tiene siempre informada de vuestras andaduras, como ves...no puede vivir sin mi).
Si ya te ha gustado competir en el agua, la próxima está clara, no?...tenemos la travesía de Valencia en poco más de un mes, así que a ver si haces alguna visitilla a la pisci.
Por cierto...en el puerto tampoco se ve mucho bajo el agua que digamos...y lo del rumbo también está jodido...así que ves haciéndote a la idea.
Felicidades mark splizt.
Besitos.
tengo una duda...el alcohol flota en el agua???
yo no esperaba menos de ti... si te enseño la foto de la carpa del año pasado en el lago de la cdc...flipas... es más grande que mi gato!!! (incluso la boca)
y no pones fotos jijiji
abrazos
Qué de puta madre, muchacho!!!
Dar el salto al triatlón es algo que me llama mucho la atención, y efectivamente lo de nadar me echa mucho para atrás. Me alegro mucho que hayas sido capaz de responder así.
Un saludo!
Publicar un comentario